¿Es posible hablar de una historia de la exploración de los recursos offshore en nuestro país? Sí… es posible.
En realidad, habría que remontarse algunos años más atrás para poner las cosas en cotexto, hasta 1897, cuando en el balneario de Summerland, en Santa Mónica, cerca de Los Angeles (California), se realizó el primer pozo petrolero en el mar. La localidad acababa de ser fundada y loteada. Todo el mundo sabía desde siempre de los manaderos naturales de hidrocarburos en la zona (que se usaban para impermeabilizar techos) y su fundador H. L. Williams decidió construir muelles de madera, que se adentraban desde la playa al mar. Desde allí se hicieron los primeros pozos. Aún faltaban 14 años para que se diera el primer descubrimiento oficial de petróleo en nuestro país, el 13 de diciembre de 1907, en Comodoro Rivadavia (Chubut).
Entre los años 30 y 40, en la Argentina se decidió imitar el sistema de Williams en Summerland. Desde la costa de Comodoro se construyeron varias pasarelas, que servían de base para los pozos en el lecho marino.
Pero pasarían varias décadas para que se hiciera el primer pozo offshore “autónomo”. Ya llegábamos tarde, porque cuando en 1969, Sun Oil realizó el primer pozo en el Mar Argentino, el Golfo de México vivía un verdadero boom, petrolero y Noruega daba el puntapié inicial para convertirse en la potencia económica que es hoy día. También fue el año en que el hombre llegó a la Luna. Aquí, en la llamada Cuenca del Colorado, a unos 110 kilómetros al este de Villa Gesell (provincia de Buenos Aires), la petrolera estadounidense hacía nuestro primer pozo offshore, aunque sin suerte en cuanto a los resultados.
Un año más tarde, en 1970, a 80 km al este de Comodoro Rivadavia la petrolera Agip realizó el primer descubrimiento, pero no resultó de interés comercial. Las décadas siguientes se realizaron cientos de miles de registros sísmicos y se perforaron más de 180 pozos, la mayoría de ellos con magros resultados. Incluso, en los años 70, el país adquirió dos plataformas para explorar el mar en forma más intensiva. Una de ellas se hundió en las costas de Brasil, mientras era remolcada rumbo nuestro país, quedando operativa únicamente la plataforma General Mosconi, toda una leyenda en la historia energética argentina.
Por fin, en 1982 hubo un descubrimiento auspicioso. Un consorcio liderado por Total, dio con un importante campo de gas, bautizado Hydra, frente a las costas fueguinas, en el extremo sur. Y en 1989, el campo entró en producción.
Desde entonces, buena parte del gas que produce nuestro país proviene de los pozos offshore de la Cuenca Austral; en la actualidad, un 17% de la producción.
La exploración del Mar Argentino en aguas profundas y ultraprofundas es un hito en sí mismo. La suerte, el trabajo arduo y el tiempo dirán si, además, se escribirá una página grande de nuestra historia energética y económica.