Al tiempo que comienza la exploración de hidrocarburos en aguas profundas de nuestro país, frente a la provincia de Buenos Aires, con la perforación del pozo Argerich, 1700 kilómetros al sudoeste, frente a las costas de Tierra del Fuego, avanza otro emprendimiento clave: el Proyecto Fénix.
En rigor, se trata de la continuación del desarrollo offshore de hidrocarburos, que se lleva adelante desde hace más de cuatro décadas en la Cuenca Austral, y que provee entre el 15 y el 20% de la producción gasífera del país.
El Proyecto Fénix, cuyo primer pozo empieza a perforarse en estos días, implica la construcción e instalación de una plataforma de producción en el mar, y los ductos que permitirán conectar 3 pozos productores de gas natural. Todo este complejo se construye a 60 km de la costa de Tierra del Fuego, donde la profundidad del mar alcanza los 70 metros.
El gas que provenga de Fénix viajará a través de un gasoducto, que se conecta a la plataforma costa afuera Vega Pléyade (puesta en marcha en 2016), y de ahí a la planta de tratamiento de Río Cullen. Una vez acondicionado, el fluido ingresará al Gasoducto San Martín.
Las previsiones indican que el Proyecto Fénix agregará unos 10 millones de metros cúbicos de gas por día al sistema nacional; es decir, el equivalente a un 8% del total de la producción de gas del país. De ahí su importancia. La etapa productiva se espera que dé comienzo a fines de este mismo año. Otra forma de ver su importancia es decir que el Proyecto Fénix permitirá sustituir importaciones de gas natural licuado (GNL) equivalentes a entre 10 y 15 barcos.
El Poyecto Fénix demandó cuatro años de estudios, construcción, instalación, y perforación, con una inversión de US$ 700 millones. Según la empresa Total Austral, además, se trata de uno de los proyectos con menor huella de carbono por m3 de gas (< 10 kgCO2e/boe).